Es tremendo darse cuenta de que el futuro ya no es lo que solía ser, como solía decir, ya en los años setenta, un admirado amigo de la Universidad de Yale. Y el presente, un indignante abuso de graves consecuencias para todos, como constato yo.
Hoy mucha gente tiene, como un globo escapado de las manos, el futuro en el aire, y no ve manera de atraparlo. Cada generación es responsable de luchar por lo que cree justo, de denunciar los abusos y prebendas, la corrupción y la hipocresía de todo tipo de poderes y exigir y proponer cambios. Suerte.
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